jueves, 20 de agosto de 2015

El café literario



Un momento para compartirlo en lectura 




    Al hablar de literatura, en general, se entiende como  la ciencia
que estudia las obras literarias para conocer sus bellezas. Dase también el nombre de literatura, pero en un sentido menos extenso, a la colección de obras literarias pertenecientes a un pueblo o a un período determinado de tiempo. Así decimos : la literatura
francesa, española, etc. ; la literatura dramática, epistolar, etc
   Obras o composiciones literarias, son todas las  producidas por la inteligencia humana ya sea por medio de la palabra ya por la escritura. Reciben el nombre de literarias, ya porque tienen
por objeto deleitar con su belleza, o porque esta belleza misma sólo sirve como de auxiliar para conseguir un objeto más elevado.
   Se llama belleza, o entièndese por bello, « todo lo que
regocija pura y desinteresadamente el alma » ; aunque
como dice muy bien un autor  la belleza es algo como un  divinum que se escapa a toda definición. Las obras, según antes hemos indicado, pueden ser puramente literarias, o reunir a más otras condiciones; por lo cual, atendido su objeto, se clasifican
en morales, científicas y poéticas; y, según la forma en que estén escritas, en prosa, verso y mixtas.
Como de su mismo nombre se deduce, las obras morales son las que tienen por objeto persuadir, inclinar, mover hacia el bien ; científicas son aquellas cuyo principal objetivo es la investigación o la enseñanza de la verdad; y poéticas son las que solamente se proponen deleitar por medio de la belleza.
En una palabra, puede decirse que las obras morales hablan a la voluntad, las científicas a la inteligencia, y las poéticas al sentimiento.
Aunque toda clase de obras entran en el dominio de la literatura, sólo son objeto de estudios literarios las obras propiamente tales o sean las poéticas ; pues aunque también puedan estudiarse, y efectivamente se estudien, las científicas y morales, sólo es atendiendo a lo que tienen de literarias por su forma, y para que llenen mejor el objeto que se proponen.

Literatura preceptiva o Retórica. — Elocución.
Pensamientos.
La literatura preceptiva o Retórica es la aplicación de los principios generales, que científicamente se estudian en la literatura, a todas las obras literarias. Es como si dijéramos un arte derivado de aquella ciencia, y por eso se le denomina arte de bien decir. El principal objetivo que la Retórica persigue, es la elocución.
Llámase elocución, la manera de expresar nuestros pensamientos con la mayor propiedad y conveniencia.
Son elementos esenciales de la elocución, la dicción
y el estilo; aquélla, como elemento fijo, peculiar e igual a todos los autores para expresar sus pensamientos; y éste, como condición especial a cada uno, en lo cual consiste su mayor o menor mérito.Como cada clase de escritos necesita un lenguaje
y estilo apropiado al asunto de que se trate, han dividido algunos la elocución en varias clases, como :
poética, histórica, filosófica, etc. ; pero sea cualquiera el nombre que se le dé, la elocución tiene siempre como elementos principales el pensamiento y el lenguaje, es decir, el fondo y la forma ; o sea, lo que se quiere decir y la manera de decirlo, agregándose a esto, como sello particular que marca el carácter y las condiciones de cada autor, lo que hemos convenido en llamar estilo.
Es pensamiento, la manifestación en cualquier sentido de alguna de las facultades del alma ; o sea, todo lo que el hombre quiere comunicar cuando habla o escribe.
Como el pensamiento es una cosa subjetiva y propia
del individuo, no pueden dictarse reglas para la adquisición de ellos, pues nacen del talento, del ingenio,de la instrucción, etc., del escritor ; pero sí son necesarias dichas reglas para su acertada elección y apropiado uso.
Del lenguaje. — Palabras y cláusulas.
No es otra cosa el lenguaje que la expresión de los pensamientos por medio de la palabra. De aquí, que sus elementos indispensables sean las voces y las cláusulas : las primeras, como signos que representan las ideas aisladas ; las segundas, como expresión de un pensamiento completo.
Varias son las clasificaciones que pueden hacerse de las palabras, ya consideradas gramaticalmente, ya con arreglo a la lógica ; pero habiéndose de atener aquí a las cualidades puramente literarias, indicaremos cuáles de éstas son las que la palabra debe
reunir. Tas condiciones principales de las voces son :
pureza, corrección, claridad, propiedad, exactitud,
naturalidad, decencia y oportunidad.
Se dice que una palabra es pura cuando su sentido
está en completa conformidad con el uso.
En este caso se da también a la palabra el nombre de castiza. Deben huirse los dos extremos, a saber : usar palabras extranjeras o bárbaras, o por el contrario abusar de voces anticuadas, defecto que recibe el nombre de arcaísmo. La palabra será correcta cuando se use tal cual es sin hacerla más o menos larga, lo cual es siempre un
gran defecto. Se dice que una palabra es clara cuando su sentido
es comprendido perfectamente por aquel a quien se dirige.

Para conseguir la claridad de las voces, es necesario mucho cuidado en el empleo de las que se llaman cultas, técnicas y equívocas. Lámanse cultas aquellas que están tomadas de las lenguas sabias, y que no siendo de uso general se comprenden sólo por corto número
de personas. Técnicas son las tomadas de las ciencias o de las artes, tales como apogeo, zenit, etc., y cuyo uso se llama neologismo. Y por último, son equívocas aquellas que tienen doble significación, y
por consiguiente, pueden dar un sentido distinto a la oración, según la interpretación que se les dé. Estas voces deben usarse convenientemente en los escritos jocosos, a los cuales aumentan donaire y gracia, pero nunca en las obras serias.
Así, están perfectamente usadas en esta letrilla
de Góngora :
Cruzados hacen cruzados,
Escudos pintan escudos,
Y tahúres muy desnudos
Con dados, hacen condados, etc.
Será propia una palabra, cuando exprese claramente la idea que queremos expresar, y no otra análoga. Así, por ejemplo, podremos decir, que un hombre tiene el alma generosa, o es de ánimo generoso, pero no podremos decir que se condenó su ánimo, en
vez de su alma. Estas palabras, que se llaman sinónimas, requieren para su conocimiento y empleo un detenido estudio.
Son palabras naturales aquellas que el escritor usa sin esfuerzo, y el lector conoce a primera vista. Se falta a esta condición del lenguaje, usando ciertas palabras afectadas como flamígero, coruscante, etc.,
que sólo deben usarse en cierta clase de obras poéticas,
y aun allí con mucho cuidado. Serán decentes las voces que no ofenden el pudor y la moralidad del lector, y ésta es una condición de la cual ningún escritor serio ni jocoso debe prescindir.
La oportunidad de las palabras consiste en usarlas debidamente con relación al tono general de la obra, pues así como en un libro escrito con sencillez de estilo resonarían mal las palabras altisonantes, del
mismo modo en un trabajo de elevado tono deslucirían mucho las voces vulgares y comunes. En esto, más que las reglas, es el buen gusto y el talento del autor el que ha de enseñar su acertado empleo.
CLÁUSULA es un conjunto de palabras enlazadas
convenientemente que expresan un pensamiento completo.
Las cláusulas, llamadas también sentencias por su
extensión, se dividen en cortas y largas. Son cortas las qué constan solamente de los elementos precisos para su existencia, como : Dios es inmortal ; largas, las que teniendo un solo pensamiento concreto, se componen del mayor número de elementos ; ejemplo
: El hombre virtuoso arrostra con serenidad todas las contrariedades de la vida. Por su estructura se dividen en simples y compues-
tas. Son simples aquellas que, aunque por su forma aparecen largas, sólo tienen una sola frase general ; ejemplo : Nunca es más meritoria la caridad, que cuando exige un sacrificio ; y será compuesta cuando la frase principal va acompañada de otras secundarias, que se denominan incisos. En este caso también
reciben las cláusulas el nombre de períodos ; que son bimembres, trimembres, etc., según consten de dos, tres o más incisos.
Ejemplo : Si tanto debes a tu padre, si tanto le
respetas, si tanto le amas, ¿por qué no le obedeces?
Las cualidades principales de la cláusula son :
pureza, claridad, unidad, fuerza y armonía.
La pureza de la cláusula consiste en que las palabras
en ella empleadas, estén conformes a las buenas
reglas gramaticales. La claridad consiste en que exprese perfecta y
distintamente el pensamiento ; para lo cual se ha de tener gran cuidado con el uso de los pronombres, de los adjetivos y de los adverbios, pues de usarlos inadvertidamente resulta el defecto llamado anfibología. Ejemplo, si yo digo : Pedro fué a cazar a la
dehesa, de Juan con sus perros, falto a la claridad, porque no está bien determinado de quién son los perros que llevó Pedro, lo cual se evitará si digo : Pedro fué a cazar, con sus perros, a la dehesa de
Juan. La unidad consiste en que todos los incisos o partes de que conste la cláusula conserven entre sí cierta conexión, lo cual se conseguirá haciendo que no cambie injustificadamente la escena o personaje de que se trata, sino que rija siempre desde el principio al
fin la persona o cosa dominante en la cláusula. La fuerza, o energía, significa que las diversas partes de la cláusula han de estar coordinadas de modo que produzcan la impresión más fuerte en el
sentido que se desea.
Y últimamente, la armonía consiste en que la lectura
sea fácil y agradable al oído, sin originar cansancio
en el lector.
Como regla general en el uso de las cláusulas, se observará el no usar exclusivamente de unas ni de otras, sino mezclarlas convenientemente.

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